Tags:

Impacto del turismo sobre el medio rural en Mallorca

Paralelamente al desarrollo del turismo en Mallorca, la agricultura ha pasado de ser la actividad hegemónica a tener un peso muy poco relevante en la economía. Tanto por los beneficios que genera, como por el número de personas que emplea. A finales de la década de los 50 y principios de los 60, se inició un importante éxodo de la gente del campo hacia el sector del turismo y de la construcción, los dos estrechamente ligados en su desarrollo. De esta manera se inició una crisis en la agricultura tradicional, basada en cultivos de secano combinando árboles como el almendro, la higuera y el algarrobo con cereales como el trigo para obtener el pan con su harina, base de la alimentación. También encontramos otros cultivos viñedos, olivos en la Sierra de Tramuntana y una actividad ganadera, principalmente ovina. En nuestros días, esta agricultura casi de subsistencia no es viable económicamente, con unas producciones escasas y unos costes de mano de obra y medios mecánicos, que fácilmente pueden superar el valor de las cosechas.

Los cultivos tradicionales son los que configuran el paisaje, un elemento básico para el mantenimiento de la actividad turística, con un peso determinante en la economía de las Islas Baleares. Por lo tanto, su degradación repercutiría muy negativamente en la economía, a pesar de su escasa productividad. Su mantenimiento pasa por hacerlos rentables, como se ha conseguido con la viña gracias a la elaboración de vinos de calidad. O bien, por su subvención con fondos públicos. De hecho, gracias a estas subvenciones hay muchos pequeños propietarios, que pueden dedicar parte de su tiempo libre a cuidar sus fincas.

El turismo y el desarrollo de las zonas urbanas han generado una fuerte demanda de hortalizas frescas. Lo cual ha favorecido una agricultura intensiva de regadío y muy tecnificada, para su cultivo. La producción de la cual no es suficiente para cubrir esta demanda. Su crecimiento se ve restringido por la escasez de agua, un recurso necesitado en grandes cantidades, para este tipo de cultivos.

El abandono de la actividad agrícola ha venido acompañado de un cambio al uso residencial de la tierra. Lo que ha supuesto una fuerte especulación sobre su valor. Empeorada por la intervención de ciudadanos del norte de Europa, principalmente alemanes, que con unas rentas muy superiores a la media de Mallorca, han contribuido a encarecer enormemente su precio. Actualmente el valor de una finca no se mide por su capacidad productiva, sino por las posibilidades que otorga la ley para construir una vivienda. Este encarecimiento dificulta todavía más la rentabilidad de la actividad agraria.

Inicialmente los turistas se alojaban exclusivamente en los centros turísticos de la costa, sin embargo con el paso del tiempo han ido entrando en el medio rural. Alojándose en segundas residencias, fincas de agroturismo o bien en pequeños hoteles rurales. Este es un tipo de turismo respetuoso con el medio ambiente, que no ha de suponer más consumo del territorio. De esta manera se pueden conseguir unos ingresos, necesarios para el mantenimiento del paisaje y del patrimonio arquitectónico del medio rural.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.