La ciudad de Mahón (Maó en caltalán) tiene sus orígenes en un promontorio de la ribera sur, en uno de los puertos naturales más extensos del mundo. Paseando por sus calles, descubrimos los vestigios de una historia milenaria y el legado de varias civilizaciones. Si bien fue bajo la dominación inglesa del siglo XVIII, cuando a raíz de nombramiento de Mahón como capital de Menorca, se llevaron a término muchos de los cambios que hoy en día forman la ciudad moderna.
En las calles de su casco antiguo encontramos los edificios más relevantes, como el Ayuntamiento de estilo neogótico o el Principal de Guardia con su fachada roja, un edificio originariamente destinado al cuerpo de guardia inglés. Así como los principales edificios religiosos; Sant Francesc, El Carme o la iglesia de Santa Maria, la cual alberga un monumental órgano de gran calidad instrumental de principios del siglo XIX, con el cual se celebran inolvidables conciertos de música clásica. El Mueso de Menorca, ubicado en un antiguo convento franciscano de líneas barrocas, nos ofrece una visión de la realidad cultural en la isla.
El centro de Mahón en buena medida está reservado a los peatones, y es aquí donde transcurre la mayor parte de la actividad comercial. En sus empinadas calles, podemos observar edificios modernistas como la casa Mir, o las casas señoriales de la calle Isabel II, vestigios de una próspera burguesía. Siguiendo el paseo por el centro, encontramos el Mercat de Peix (mercado de pescado), construido sobre un antiguo baluarte del siglo XVIII o el claustro del Carme, donde hay un mercado de productos artesanales típicos de Menorca.
Mahón cuenta con diversas plazas y jardines, con miradores desde donde se contemplan espectaculares vistas al mar, como el de la plaza Miranda. El lugar más emblemático de la ciudad es su puerto, donde a lo largo de un paseo marítimo que invita a largos paseos, encontramos una gran variedad de restaurantes, cafeterías y pequeñas tiendas. Con una longitud de 5 km, en el puerto de Mahón se pueden realizar excursiones en barco, lo cual no solo nos permitirá conocer la ciudad desde el mar, sino también disfrutar de un paisaje donde se intercalan naturaleza y construcciones, como las antiguas fortificaciones o villas históricas como la Golden Farm, que domina toda la bahía y fue la residencia del gobernador inglés Richard Kane. Además de los islotes; Illa del Rei y el Llatzaret con un edificio de grandes dimensiones, actualmente sede de jornadas y congresos durante el verano. Originariamente era una instalación sanitaria del siglo XIX, donde las personas y mercancías provenientes de otros puertos que podían estar infectadas, eran obligadas a pasar la cuarentena.