Palma ya no es de Mallorca

El nombre de Palma se ha visto envuelto de cierta polémica a lo largo del tiempo, la cual ahora se pretende cerrar con la oficialidad en todos los ámbitos del nombre Palma, sin la coletilla de Mallorca.

Los romanos, quienes fundaron la ciudad, la denominaron Palma, y esta fue su nombre durante siglos, hasta la época de la dominación musulmana en que pasó a llamarse Madina Mayurqa, que en árabe significa ciudad de Mallorca. En las otras lenguas, también era conocida con el mismo nombre que la isla, es decir Mallorca. Así fue denominada, hasta bien entrado el siglo XVIII. La ambigüedad creada por este hecho, con el nombre Mallorca, daba lugar a que a menudo se la llamara “ciutat de Mallorca” (ciudad de Mallorca en catalán). De hecho, todavía hoy en día, entre los mallorquines de la Part Forana (toda la isla excepto Palma), es común referirse a Palma como Ciutat. Lo cual no resulta extraño, si tenemos presente que en toda la isla, no hay ninguna otra ciudad de importancia similar.

Con el decreto de Nueva Planta en el siglo XVIII, desde Madrid, se recuperó el nombre original de Palma. Pero parece ser que para diferenciarla , de Las Palmas y La Palma en las islas Canarias, los órganos de gobierno del poder central, empezaron a utilizar Palma de Mallorca, término que a pesar de no haber sido utilizado entre los mallorquines hasta bien entrado el siglo XX, acabó por imponerse.

Ya en 1998, el Gobierno de las Islas Baleares, promulgó un decreto en el cual se establecían las denominaciones oficiales de los topónimos de las islas, asignando Palma a la ciudad de Mallorca, aunque no ha sido hasta este mismo año, en que la administración del estado central no se ha adaptado a esta ley. Ello implicará, que en muchos lugares donde ahora se está utilizando Palma de Mallorca, se tendrá que quitar la coletilla de Mallorca, como por ejemplo en los aeropuertos. Así que si usted tiene un billete de avión para venir hacia aquí, tenga cuidado en no confundir Palma con Las Palmas o La Palma, en las islas Canarias, como los burócratas castellanos del siglo XVIII. Por si acaso, tome nota del código de nuestro aeropuerto que es PMI.

Este artículo está basado en los escritos de Gabriel Bibiloni, lingüista y profesor de la universidad de las Islas Baleares.