Entre las comarcas de Es Pla y el Raiguer, el municipio de Sencelles guarda con, encanto y armonía, algunos de los rasgos más típicos de la Mallorca rural y tradicional. Su territorio básicamente llano está surcado por tres torrentes que, entre encinares y terrenos cultivados con almendros, higueras y viñas, forman un paisaje rústico y bello.
La denominación de origen Binissalem asegura la calidad de los vinos que se producen en la zona y que, en un pasado no muy lejano, fueron el verdadero motor de la economía del término.
Un personaje carismático de Sencelles es Sor Francinaina Cirer (1781-1855), persona venerado y beatificada en 1989. Fundó Ca ses Monges, la casa de las Hermanas de la Caridad, uno de los principales elementos patrimoniales del municipio, que hoy también alberga un museo.
Otras visitas obligadas son la iglesia de Sant Pere, del siglo XVIII, la Rectoría (1650), los molinos harineros de Can Maví y Sa Cometa y las cruces del término que salpican el núcleo urbano. A poco más de 1 km de Sencelles en dirección a Inca, el talayot de Son Fred da fe del poblamiento del municipio desde la prehistoria.
Por último, los caseríos del territorio senceller, antiguas alquerías islámicas, mantienen la esencia íntima de la ruralia mallorquina. Bianiali, con la iglesia de Sant Cristòfol y el molino de Can Xico, y Ruberts son los dos más importantes.